Si en la fina de La Vuelta, cuando empezaron a pegarnos palos, yo o cualquiera de allí nos hubiéramos acercado a hablar con la policía, nos hubieran detenido o pegado con la porra.
Aquí tenemos a un hombre y al neonazi de Pugilato hablando con la policía sin que les pase absolutamente nada.
Perro, no come perro.