Hace seis años, nuestra Madre, Santa María de Guadalupe, fue testigo de la Ordenación Episcopal de Mons. Carlos Enrique Samaniego, en la Basílica de Guadalupe. Aquel día fue consagrado como Obispo Auxiliar de esta Iglesia particular.
Hoy, uno de los pastores que han guiado y acompañado nuestro caminar arquidiocesano, nos saluda nuevamente desde la casita del Tepeyac, antes de iniciar una nueva misión: este 10 de noviembre tomará posesión como Obispo de la Diócesis de Texcoco.
Damos gracias por su cercanía, su testimonio y su acompañamiento pastoral. 🙏
Agradecemos a Dios por su “sí”, por este pastor con olor a oveja, y pedimos a Santa María de Guadalupe que lo cubra con su manto y lo acompañe en su nueva encomienda.
¡Gracias, Mons. Carlos Samaniego!