Gran parte de lo que soy, se lo debo a la cuna de los caballeros y damas del aire. Me formé y forjé en la profesión de las armas en la gloriosa
@FuerzaAereaCol. Allí aprendí lo que es el honor; que a lo único a lo que uno no puede mentir es a la conciencia; y que siempre hay que hacer lo correcto, aunque sea lo más incómodo.
En mi primer combate, una bala pasó rozando mi cabeza, tenía 21 años, fue en Lejanías, Meta.
Durante mis 35 años de servicio activo aprendí a vivir cada instante, a desafiar lo imposible y a abrazar la adversidad. Aprendí que así se va a las estrellas, como reza el Sic Itur ad Astra de la familia que me enseñó:
Y así, de modestia llenos, a los más viejos verás, tratando de ser lo más, y de parecer lo menos.
Algunos dicen que “me lavaron el cerebro”; yo puedo decir que me lo dejaron limpio, lleno de amor por Colombia.
Definitivamente, vale la pena llegar a viejo curtido con la piel de un militar o un policía, como tuve la fortuna de hacerlo vistiendo el eterno azul.
¡Felices 106 años,
@FuerzaAereaCol! 🇨🇴