Este es el mensaje del presidente Petro: La vida de un pescador humilde, vale tanto como la de cualquier ciudadano del mundo. La tragedia de Alejandro Carranza revela la obscenidad de quienes, desde el poder, califican a los pobres de “terroristas” o “narcotraficantes” solo para justificar la violencia y la injerencia.
Rubio y Trump, con su arrogancia, no solo se equivocan, deshumanizan. Y al hacerlo, exponen el desprecio histórico de las élites hacia los pueblos latinoamericanos. Petro, en cambio, humaniza, da rostro y nombre a la víctima, recuerda que detrás de cada operación hay una familia que llora.