Si la macroeconomía española arroja buenos resultados, pero ese clima de optimismo no llega a la gente trabajadora, será inevitable un gobierno formado por la derecha extrema y extrema derecha.
Con el país entregado a los fondos buitre y a las grandes corporaciones de la alimentación y la energía. Con empleos precarios. Con pérdida de derechos. Con ningún respeto a la legalidad internacional y a los derechos humanos ¿cómo no va a haber millones de personas que no sientan ninguna afección por la política? ¿Cómo no van a sentir que el tiempo del progresismo ha terminado y que lo que venga después no puede ser mucho peor?
Porque ¿qué queda cuando las cifras del Producto Interior Bruto chocan con la realidad de los hogares con dificultades para llegar a fin de mes? ¿Qué importa el crecimiento macroeconómico cuando se traduce en riqueza para unos pocos y en inseguridad y carencias para la mayoría?
La desconexión es la consecuencia lógica de un sistema que ha priorizado los mercados sobre las personas. Que coloca a las personas al servicio de los mercados, y no al revés
Esta desafección es el resultado de promesas incumplidas. Cuando la ciudadanía percibe que su voto ya no cambia nada, que las urnas no detienen el desmantelamiento de lo público, el contrato social se resquebraja. Y en ese vacío, crece la tentación del "qué más da". Lo que abre la puerta a los peores temores
No se puede construir la estabilidad de un país sobre el malestar de su gente. Ignorar este abismo entre los indicadores económicos y la experiencia cotidiana es cavar la tumba de la democracia misma. El verdadero riesgo no es el cambio, sino la resignación. Y una sociedad resignada es el campo de cultivo perfecto para quienes prometen soluciones simples a problemas complejos, vendiendo espejismos de orden a cambio de nuestras libertades, y señalando enemigos inexistentes que sirvan de chivos expiatorios
El colapso de la confianza es, quizás, la peor de las crisis.
Al Gobierno de España no le va a tumbar la gestión aritmética en el Congreso. Le va a tumbar el precio de la vivienda, el precio de los alimentos, el precio de la energía, la complicidad con un genocidio, la calidad paupérrima en el empleo
Aparte de dar titulares de prensa, el gobierno debería hacer el trabajo para el fueron votados los partidos que lo componen. Van tarde