Las masacres de cristianos en Nigeria es una trama orquestada desde Londres y Washington para extender el paramilitarismo en la región y fraccionarla en un norte islámico y sur cristiano e incluso en una gran balcanización lingüística de todo el país, lo mismo que Francia ha intentado infructuosamente en las norteñas naciones del Sahel (Malí, Níger y Burkina Faso). El terror promovido por los angloparlantes inició en el siglo XIX cuando introdujeron a la fuerza el cristianismo anglicano en el sur nigeriano, en los reinos de Oyo y Benín, todo para acceder al Níger y controlar las tierras para producir aceite de palma, cacao, caucho y en un futuro controlar los yacimientos de "betún", o sea, hidrocarburos.
Del siglo XVI al XIX, en el territorio de los reinos / califatos que hoy componen Nigeria (al igual que en las otras naciones del Golfo de Guinea), Occidente buscaba oro, marfil y esclavos. Hoy buscan el petróleo nigeriano en la costa y el oro en el norte, que pese a la rapiña europea de medio milenio aún no agota. Vaya, la usual historia del occidente depredador.