He aquí un gran misterio (alguien ayúdeme a descifrarlo):
Los evangélicos de toda índole condenan a los católicos fuertemente por venerar a los santos difuntos de la Fe Cristiana. Sin embargo, Trump, Milei, Musk, Netanyahu y un sinfín de líderes mundiales de la política, el mundo de los negocios y la farándula, vienen a la Ciudad de Nueva York a rezarle y venerar a un rabino judío muerto en su tumba por la "buena fortuna" que les da en sus respectivos campos. Ante esto, los evangélicos guardan silencio.
¿Por qué es eso?
Esto es nigromancia pura y dura ante nuestros ojos, y peor aún, es comunicación con un literal anticristo muerto: el "Rebe Menachem", el venerado líder de la secta judía mundial Chabad Lubavitch, no solo consideraba a Jesús de Nazaret un falso profeta que llevó a muchos a la idolatría, sino que además, muchos dentro de esta secta global lo consideran el verdadero mesías que en cualquier momento resucitará de entre los muertos.
¿Por qué esta blasfemia manifiesta no es condenada con vehemencia y con las medidas más enérgicas y claras por los líderes evangélicos, sino que, por el contrario, la mayoría lo ignora e incluso algunos lo alaban?
En palabras de de los Apóstoles del único Mesías, Jesús de Nazaret:
– "Pues muchos engañadores han salido al mundo que no confiesan que Jesucristo ha venido en carne. Ese es el engañador y el anticristo. Tened cuidado para que no perdáis lo que hemos logrado, sino que recibáis abundante recompensa. Todo el que se desvía y no permanece en la enseñanza de Cristo, no tiene a Dios; el que permanece en la enseñanza tiene tanto al Padre como al Hijo. Si alguno viene a vosotros y no trae esta enseñanza, no lo recibáis en casa, ni lo saludéis, pues el que lo saluda participa en sus malas obras" (2 Juan 1:7-11).
El que le reza a anticristos, ¡es del Anticristo!