🗞️ El derrumbe moral de los medios progresistas
La caída del director general de la BBC no es una simple crisis corporativa. Es el síntoma de algo mucho más profundo: el colapso del monopolio moral que durante décadas ejerció el progresismo mediático sobre la opinión pública occidental.
Tim Davie y Deborah Turness no cayeron por un error técnico, sino por un acto de manipulación política.
Editaron deliberadamente las declaraciones de Donald Trump para construir un relato —no una noticia—, para fabricar una culpabilidad narrativa, no una verdad periodística.
El hecho de que una institución como la BBC, símbolo de rigor e independencia, haya sido atrapada en esta práctica revela hasta qué punto el periodismo contemporáneo se ha convertido en un brazo de la ideología.
Pero algo está cambiando.
La derecha democrática —esa que no teme a la verdad ni al debate— está comenzando a recuperar el espacio que el dogma progresista ocupó durante años en los medios.
La ciudadanía, harta de la manipulación y del doble rasero, empieza a exigir imparcialidad y ética profesional, no adoctrinamiento.
La reacción no es censura: es justicia.
Cuando los medios se comportan como partidos políticos, dejan de ser guardianes de la verdad y se convierten en arquitectos del engaño.
Y cuando los ciudadanos reaccionan, no atacan la libertad de prensa, sino que rescatan la libertad de pensamiento.
La renuncia de los directivos de la BBC es un aviso global:
ningún medio, por poderoso que sea, puede seguir disfrazando su militancia de periodismo sin enfrentar las consecuencias.
El mito del “periodismo progresista” como verdad moral se ha roto.
Y con él, comienza una nueva etapa donde la libertad de expresión deberá volver a significar pluralismo, honestidad y responsabilidad.
Amen