El «socialismo» del nacional-socialismo no fue un mero producto de marketing.
No es casualidad que Mussolini fuera socialista, ni que tantos socialistas e incluso comunistas y anarquistas se sumaran a las filas fascistas tras la primera carnicería imperialista.
Es decir, la palabra "socialista" en "nacionalsocialista" es una estrategia de capitalización del descontento obrero, sin ninguna intención de ser de izquierdas. Lo importante ahí es la palabra "nacional", que realmente canalizaría la ideología del partido.