Lo que pasó en Pamplona también es culpa de todos los medios y partidos que, pese a la brutal agresión a un periodista, siguen calificándome a mí como “agitador” y por tanto justificando la acción de los violentos. Si no cambiamos ya el discurso y empezamos a reconocer que “ultras” son los que pegan palizas y no los que buscan hablar, estamos condenados a que se repita. Acabemos de una vez con esa asquerosa equidistancia que muy especialmente también guarda la derecha en estos asuntos.