Lo sucedido hoy en la ciudad de Tunja no es un hecho aislado, sino el escalofriante adelanto de lo que se avecina en la temporada electoral: el uso estratégico del miedo para promover la seguridad y posicionar a candidatos como el mismo paraco bandido de
@ABDELAESPRIELLA, acompañado por sectas con mentalidad criminal conformadas por militares y policías en retiro de extrema derecha.
El atentado terrorista en uno de los departamentos más pacíficos del país, conocido como la cuna de la libertad, Boyacá, plantean múltiples interrogantes que dejan en una situación comprometida a los altos mandos de la fuerza pública en la región.
¿Cómo es posible que una volqueta transportara explosivos sin ser detectada?
La fabricación de más de veinte tatucos requiere tiempo, un lugar específico, personal adecuado, herramientas y la compra de materiales.
¿Cuál es el papel de la inteligencia en esto?
¿Qué informes existían o existen sobre posibles amenazas?
Es evidente que estas acciones fueron planificadas por estructuras criminales con un objetivo claro: generar caos en una región emblemática y de paz.
Lo vengo diciendo desde hace un tiempo: si el presidente
@petrogustavo no toma decisiones radicales, con firmeza y de fondo en estos meses, esas fuerzas que han vivido de la guerra se van a querer tragar el país y lo convertirán en un campo de batalla.
Si los mandos en las regiones no sirven, que se vayan. Si la cúpula militar no está a la altura, que se retiren. Si el ministro de la Defensa
@PedroSanchezCol es ineficaz e incompetente, que presente su renuncia y también se vaya.
En ocasiones, el verdadero problema lo tenemos más cerca de lo que imaginamos, y el peor error es pensar que un funcionario es indispensable.