Hay algunos que piensan que con este 'resultado' han destruido a la Revolución Ciudadana, al progresismo y a la izquierda "para siempre".
No entienden nada de procesos históricos. Nuestra fortaleza está en nuestras ideas y en la misma historia. Podremos tener traspies electorales, inclusive consecutivos, pero a nosotros nos mueven convicciones que son herederas de siglos de lucha de nuestros pueblos y de todos los pueblos del mundo. Cuando el pueblo fue un poco más sabio y nos dio el privilegio de servir desde el Estado, fuimos gestores de la transformación estructural más importante de la historia contemporánea. El pueblo por fin palpó dignidad, desarrollo, orgullo y aspiración de futuro.
Hemos sido víctimas de traición. En el pasado y en el presente. Cualquier excusa les sirve. Apena ver a un ex compañero cruzar a las filas del opresor. Duele cuando ese ex compañero se dedica a perseguirnos. Pero la historia - solita - y muchas veces la justicia de los mismos opresores, se encarga de los traidores. Son descartables, pues no son confiables. Si piensan que no podemos sobrevivir una traición, pregunten a todos los traidores que odian a su pueblo, como Lenin Moreno, si somos más fuertes o más débiles. Nuestras convicciones son más fuertes. Los que piensen que una u otra traición nos derrumba está perdido en la historia. Los traidores no tiene proyecto de país, apenas tienen bolsillo. A los derrotistas de cafetín o de X: pregunten al pueblo cuál es el lado correcto de la historia.
Hemos tenido errores - y a veces pagamos (no los errores nuestros sino) los de nuestros hermanos y amigos - y los asumimos. Pero a nosotros no nos persiguen por nuestros errores, sino por nuestros aciertos. Porque sabemos - y lo hicimos - cambiar las relaciones de poder entre pueblo y oligarquía, entre trabajo y capital, entre soberanía y sumisión. Por eso, durante la época de la Revolución Ciudadana vivimos una era de paz, con orden y con mucho, muchísimo trabajo.
Nosotros sí tenemos un proyecto de país - se llama Progresismo del Buen Vivir - es una utopía, es nuestro horizonte. Es de un estado social de derechos, plurinacional e intercultural. Es orgullosamente desarrollista. Es soberano. Es innovador, científico y tecnológico. Apuesta a la excelencia y al mérito, sobretodo en la educación y en el servicio público. Busca - aún consciente de sus contradicciones - la relación armónica con la naturaleza y la equidad intergeneracional. Trabaja CON el mercado, no PARA el mercado. Es consciente de la división internacional del trabajo y de la geopolítica: por eso plantea la diversificación de las relaciones internacionales, no la sumisión. Para financiar este sueño, planteamos la industrialización y el crecimiento económico y por eso nos oponemos a la privatización de los sectores estratégicos. Este proyecto de país, que para nosotros es UN PROYECTO DE VIDA como lo fue para Mujica o para Mandela, está plasmado en nuestra Constitución. Y por eso, defenderemos - siempre junto a nuestro pueblo - la vigencia plena de la Constitución del Buen Vivir.
No somos burócratas, no somos políticos.
Somos militantes del lado correcto de la historia.