Seguidme en esta historia de cómo dos países afrontaron el reto de las pensiones. Y cómo acabó uno y cómo el otro.
En 1990, con tiempo suficiente, Francia y Suecia llegaron a la conclusión de que su sistema público de pensiones necesitaba reformas por la presión demográfica que sufriría en el futuro.
Suecia, en 1994, con un gran consenso político decidió tomar el camino de reformar el sistema a uno de cuentas nocionales, donde las pensiones estarían vinculadas directamente a lo cotizado. También introdujo un segundo pilar de capitalización obligatoria (más pequeño, tan solo el 2,5% del salario) y una pensión mínima garantizada financiada con impuestos generales. Asimismo, introdujo mecanismos autómáticos para que el sistema corrigiese su generosidad en las crisis económicas.
Francia, as usual, decidió que la solución pasaba por crear un nuevo impuesto. Este impuesto, 'Contribution Sociale Généralisée' (CSG), tenía como objetivo crear una fuente de financiación más amplia y estable para la Seguridad Social francesa, menos dependiente de las cotizaciones laborales tradicionales. Así, en 1991 entró este impuesto temporal y reducido, que aplicaba un tipo del 1,1% sobre todos los ingresos, no solo las rentas del trabajo (como las cotizaciones sociales): salarios, pensiones, rentas del capital...
En la década de los 90 el impuesto fue ampliándose a nuevas rentas como las prestaciones por desempleo; a medida que el gasto en pensiones empezaba a crecer, también lo hizo el tipo del CSG, al 3,4% en 1997 y al 7,5% en 1998.
En 1996, se creó un complemento al impuesto, el CRDS, para reducir la deuda acumulada de la Seguridad Social, del 0,5%; deadline 2009.
En los 2000, el CSG llegó a consolidarse como una de los principales fuentes de ingresos del Estado francés, superando al IRPF.
En 2018, el gobierno liberal de Macron volvió a aumentar los tipos del impuesto hasta el 9,2% para el trabajo, el 8,2% para pensiones (con exenciones y tasas reducidas) y 9,9% para rentas del capital.
En 2020, el deadline para la eliminación de la deuda de la Seguridad Social con el CRDS se amplió ya hasta 2033, para que vuelva a ampliarse de nuevo en esa fecha.
En 2025, las pensiones absorben más de un tercio del presupuesto francés, es el país con la presión fiscal más alta del mundo, su déficit es del 5,8%, su deuda pública supera el 115% y está bloqueado políticamente por las pensiones. Hoy, ha decidido aumentar el CSG al 10,6%.
Hoy los suecos cuentan con un sistema público de pensiones considerado un modelo de referencia mundial. Su sistema combina sostenibilidad financiera automática con equidad intergeneracional, ya que cada generación financia sus propias prestaciones.
Además, ofrece transparencia y flexibilidad, permitiendo adaptar la edad de jubilación y garantizando una pensión mínima para quienes han tenido carreras laborales más frágiles.
No está exento de desafíos, han tenido que aumentar la edad de jubilación a 63 años, y las pensiones no son tan generosas como en países como España o Francia, pero mantiene un sistema estable, solvente y socialmente aceptado, respaldado por un amplio consenso político y ciudadano.
Which way, Spanish Man?
Alourdissement de la CSG qui passe de 9,2% à 10,6%: la gauche et les macronistes se mettent d'accord pour faire payer par les épargnants la suspension de la réforme des retraites voulue par la gauche et le RN...
Afuera les socialistes de tous les partis!