Pedro Sánchez no va a dejar el poder ni convocar elecciones. Ni por falta de presupuestos ni por condenas firmes a los miembros de su familia, de los miembros de su partido o a su fiscal general.
Pedro Sánchez ha puesto en marcha ya un escenario de agitación del odio y promoción, despliegue y justificación de la violencia, como se ve en sus televisiones.
Pedro Sánchez está ya como Maduro dispuesto a defender su poder a muerte.
Pedro Sánchez, como Maduro, va a desafiar a todo el sistema y aguantar en el poder ilegalmente hasta que una fuerza superior le haga caer.