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đź“° La polĂtica de los buenos y los malos: una llamada a la sensatez
En la polĂtica española actual, las palabras vuelan rápido, pero las heridas que dejan tardan en cerrarse. El reciente comentario de Ă“scar Puente en la red X —aludiendo a “paseĂllos y paredones” para describir lo que, segĂşn Ă©l, añoran sus adversarios— ha vuelto a poner sobre la mesa un problema que trasciende a partidos y personas: la tendencia a dividir a los españoles entre buenos y malos, entre la luz y la oscuridad.
La reacciĂłn al tuit fue inmediata. Algunos usuarios recordaron frases de otra Ă©poca, como la de JosĂ© Antonio Primo de Rivera en 1933 —“no hay más dialĂ©ctica admisible que la de los puños y las pistolas”—, que advertĂa sobre el peligro de sustituir las ideas por la violencia. Otros respondieron recordando que España aprendiĂł a golpes lo que valen las urnas, recordando que las lecciones más duras de nuestra historia llegaron cuando el diálogo se rompiĂł.
Ambas respuestas comparten una enseñanza: cuando el debate polĂtico se convierte en una guerra moral, la democracia pierde oxĂgeno. No hay progreso posible si se reduce al adversario a enemigo o si se usa la historia como arma arrojadiza.
Las palabras de un representante pĂşblico tienen peso. Por eso, más allá de simpatĂas o ideologĂas, conviene pedir mesura, reflexiĂłn y responsabilidad. La ironĂa o el exceso pueden servir para ganar aplausos momentáneos, pero rara vez ayudan a construir acuerdos o confianza.
España no necesita más trincheras verbales, sino espacios de entendimiento. Los ciudadanos merecen escuchar propuestas, no reproches; datos, no insultos; historia, pero sin rencor.
La sensatez —esa virtud cada vez más rara— consiste en hablar sin gritar, discrepar sin ofender y pensar sin dejarse arrastrar por el ruido. Por eso, más que imponer conclusiones, este episodio deberĂa invitarnos a reflexionar y formarnos nuestro propio criterio, con serenidad y objetividad.
Porque en democracia, las ideas se debaten, no se destruyen.
Nov 4, 2025 · 12:24 AM UTC
