Cada mes, tu empleador deposita un pequeño porcentaje de tu sueldo en una cuenta personal, como si fuera una hucha laboral.

Beneficios: 🔹 Si te despiden, si renuncias, si mejoras tu empleo... No pierdes nada. No te quedas en cero. 🔹 Protege al trabajador sin castigar al empleador. 🔹 Esa mochila viaja contigo. Si cambias de empresa, si te despiden o si decides parar, ese dinero te acompaña. Es tuyo. Lo has generado tú.

Con la mochila austríaca... - No necesitas esperar a que “te toque” una indemnización. - No necesitas que una ley decida por ti. - No pones en riesgo al empleador ni tu futuro laboral.

Puede usar ese dinero como indemnización mientras busca trabajo. O seguir acumulándolo si encuentra algo pronto. Incluso puede usarlo para emprender. Es su dinero. Es su decisión.

Ejemplo: Laura, 34 años. Administrativa. Laura lleva 5 años trabajando en una pequeña empresa. Cada mes, su empresa ha estado aportando un pequeño porcentaje de su salario a su mochila austríaca: una cuenta a su nombre. Un día, Laura pierde su empleo.

Ejemplo: Laura, 34 años. Administrativa. Pero, Laura no se va con las manos vacías ni depende de cuánto tiempo haya trabajado o de si el despido fue procedente o no. Tiene acumulado el equivalente a varios meses de sueldo en su mochila.

Ejemplo: Laura, 34 años. Administrativa. Puede usarlo como indemnización mientras busca otro trabajo, o seguir acumulándolo si encuentra uno nuevo rápidamente. Más adelante, si decide emprender, también puede usar parte de esa mochila como respaldo. Es su dinero. Es su decisión.