Mi lucha es contra la Tirania de Cuba y contra todos los que colaboran con ella 🔥🔥🔥

Narnia
Joined January 2022
Acuso formalmente a Lisbeth Mejias de incitacion al Odio y promover acusaciones y mentiras .Absolutamente todo lo que me pase a mi o a mi familia sera su culpa .Todos los que estuvieron en la contramarcha el dia que ella me ataco saben perfectamente que yo no habia cruzado una palabra con ella ese dia ella vino a cogerme desprevenida detras de un carro e intentar golpearme nadie destruyo ninguna contramarcha.Porque siguieron haciendose hasta que Carlos Lazo y demas comunistas no regresaron mas y se les saco .Ni empezaron contigo ,pero si terminaron y continuaron sin ti .Eres un ser humano muy malo que evidentemente no tiene nada que perder porque lo unico que tienes es esa pobre perra que debe estar loca , yo tengo una hermosa familia y no voy a caer en tu juego .Proximo show es con todos estos videos para la policia advertida estas .Y me importa 3 coj que me digan que la causa que Cuba ni nada mi primera Patria es mi familia tirate tu o cualquier asquerosa amiga tuya que vas a ver lo que es vivir en democracia .
En las afueras de Sídney, se alza un impresionante acantilado conocido como The Gap — un lugar de belleza sobrecogedora, pero también marcado por la tristeza. Durante años, ha sido el destino de quienes han perdido toda esperanza, buscando un final trágico bajo sus riscos. En una pequeña casa con vista a ese mismo lugar vivía un hombre humilde llamado Don Ritchie. No era un héroe con armadura ni un hombre famoso — solo un ex trabajador de seguros que llevaba una vida tranquila junto a su esposa. Pero su corazón era todo menos común. Cada mañana, Don abría su ventana y contemplaba los acantilados. Con una calidez serena y una intuición extraordinaria, podía distinguir entre un visitante casual y alguien que estaba allí, roto y solo. Y cada vez que veía a alguien demasiado cerca del borde, no se quedaba observando — caminaba hacia esa persona. Con calma. Con bondad. Con una sonrisa suave, les decía las mismas palabras sencillas: “Hola, amigo… ¿te gustaría venir a tomar una taza de té?” Parece poca cosa. Pero para muchos, esa pequeña invitación fue un salvavidas — un puente que los apartó de la oscuridad. Don no daba discursos sobre la esperanza, ni intentaba solucionar el dolor ajeno. Simplemente ofrecía lo que más se necesitaba: un gesto de humanidad, un recordatorio de que aún quedaba alguien que se preocupaba. Gracias a esa compasión silenciosa, se cree que Don Ritchie salvó más de 160 vidas — oficialmente registradas. Algunos dicen que la cifra real podría superar las 400. Jamás buscó fama, elogios ni recompensas. Para él, era simplemente lo correcto: si ves a alguien sufriendo, tiendes la mano. La gente lo llamó “El ángel de The Gap.” Y cuando falleció en 2012, dejó algo mucho más grande que un nombre: una lección para el mundo. No hace falta salvar el planeta para marcar la diferencia. A veces, basta con notar a alguien al borde del abismo, ofrecerle una palabra amable, una sonrisa… o una taza de té. Su historia es la prueba viviente de que los actos más grandes de heroísmo suelen nacer de los corazones más sencillos.
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En 1977, una joven australiana llamada Jane Gillespie, de Sídney, emprendió la búsqueda de algo diferente: una chispa de aventura que la llevara lejos de lo ordinario. Jamás pudo imaginar que un breve viaje a la isla indonesia de Bali cambiaría el rumbo de su vida para siempre. En el sereno pueblo de Ubud, donde las terrazas de arroz brillan bajo el sol tropical, Jane conoció a un hombre como ninguno que hubiera visto antes: Tjokorda Raka Sukawati, un príncipe balinés descendiente de una de las dinastías reales más antiguas de la isla. Desde el primer instante, hubo una conexión profunda, magnética, innegable. A pesar de sus diferencias culturales, religiosas y de origen, el amor habló un lenguaje que ambos comprendían. Sin embargo, su amor estaba lejos de ser fácil. La familia real se opuso con fuerza a la relación con una mujer “occidental”, pero el príncipe se mantuvo firme, y Jane, con valentía en el corazón, decidió desafiar al mundo para estar a su lado. Antes de la boda, Jane fue invitada a participar en rituales reales sagrados, tradiciones que apenas podía comprender. Su cabello fue completamente rapado, incluso sus cejas, símbolo de la muerte de su antiguo yo y el nacimiento de un alma nueva. Recibió un nombre real: Princesa Jero Asri Kerthyasa. Desde ese momento, ya no era Jane de Sídney —había renacido en otro mundo. Pero el cuento de hadas pronto se encontró con la realidad. El palacio no era el sueño dorado que había imaginado. No había electricidad para iluminar la noche. No había agua corriente ni teléfono para llamar a su familia. Ni siquiera podía salir del palacio sin permiso. Las murallas reales se convirtieron en su jaula dorada. Con el paso de los meses, el peso de la tradición se volvió más duro de soportar. Por costumbre, el príncipe debía tener múltiples esposas, y Jane —ahora la princesa Jero— debía aceptarlo en silencio. Era una extraña no solo en una tierra extranjera, sino también en un modo de vida regido por reglas más antiguas que la memoria. Luego llegó la adversidad. El nombre real no pudo protegerlos de la ruina económica. El palacio, antes símbolo de estatus, no ofrecía consuelo cuando el dinero se agotó. Con el corazón pesado, tomaron una decisión valiente: abandonaron Bali y se mudaron a Sídney, comenzando desde cero. Allí, el príncipe —un hombre nacido en la nobleza— trabajó como jardinero y, a veces, como mesero, haciendo lo que fuera necesario para mantener a su familia. Y aunque vivían con modestia, su pequeño hogar estaba lleno de algo mucho más valioso que el oro: amor, lealtad y una fuerza silenciosa. Pasaron los años, y su vínculo resistió todas las pruebas. Criaron hijos, construyeron una vida y, finalmente, regresaron a Bali —no como un príncipe y su esposa extranjera, sino como dos almas que habían sobrevivido las tormentas de dos mundos. Hoy, más de 45 años después, siguen juntos. Su historia se ha convertido en algo más que un relato romántico: es una leyenda viva. Una historia de dos personas que desafiaron las fronteras de la cultura, la fe y la clase; que demostraron que el amor verdadero no tiene que ver con coronas ni castillos, sino con el coraje de quedarse cuando el mundo te dice que no debes. Jane Gillespie, la joven que se convirtió en la Princesa Jero Asri Kerthyasa, sigue siendo un símbolo del amor que conquistó la tradición, el tiempo y todas las barreras que se interponen entre los corazones.
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En 2007, Johnny Depp vivió uno de los momentos más duros de su vida. Su hija, Lily-Rose, de solo siete años, fue internada de urgencia en el Great Ormond Street Hospital de Londres por una infección que le provocó insuficiencia renal. Durante semanas, el actor dejó los rodajes y las alfombras rojas para convertirse en un padre que dormía en una silla, pendiente de los monitores y rezando por una señal de mejora. En esos días conoció el otro lado de la fama: el que no sirve de escudo cuando la vida se tambalea. Vio a otros padres igual de asustados, a médicos agotados que no se rendían y a enfermeras que sonreían para mantener la esperanza. Cuando Lily-Rose logró recuperarse, Johnny no lo olvidó. Poco después regresó al hospital, no como estrella, sino como el Capitán Jack Sparrow. Recorrió los pasillos contando historias a los niños, haciéndolos reír con su acento pirata y regalando sonrisas en medio de la rutina médica. Además, donó cerca de £1 millón al hospital. “Salvaron la vida de mi hija”, dijo después. “Era lo mínimo que podía hacer.”
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🙄🙄🙄😏 Ni ella misma se soporto 😅🤣🤣La influencer brasileña Suellen Carey, de 38 años, volvió a ser noticia al anunciar su divorcio de sí misma, un año después de haberse casado con ella misma en Londres. En 2023, Suellen celebró una ceremonia de sologamia, una tendencia que consiste en casarse con uno mismo como símbolo de amor propio y autosuficiencia. En ese momento, dijo sentirse plena y convencida de que no necesitaba a nadie para ser feliz. Sin embargo, con el paso del tiempo, confesó que la relación se volvió muy agotadora. Comenzó a exigirse demasiado, buscando ser la “pareja perfecta” para sí misma, hasta que se dio cuenta de que eso le estaba afectando emocionalmente. Incluso asistió a terapia “de pareja” (aunque la pareja era ella misma) para entender lo que estaba viviendo. Finalmente decidió cerrar esa etapa y empezar de nuevo. Hoy asegura sentirse en paz, más equilibrada y abierta a enamorarse otra vez, pero sin presiones ni ceremonias.
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Su hijo tenía una doble vida en Internet, aunque sus padres no lo supieron hasta después de su partida. Mats Steen, de Noruega, nació con distrofia muscular de Duchenne, una enfermedad que poco a poco le fue quitando la fuerza del cuerpo. Pasó gran parte de su vida en una silla de ruedas y con el tiempo, ya no podía mover casi nada más que sus dedos. En el mundo real, sus días transcurrían entre tratamientos, cuidados y largas horas en casa. Pero en Internet, Mats tenía otra vida. Bajo el nombre de “Ibelin”, creó un personaje en World of Warcraft con el que podía caminar, correr, luchar y viajar a donde quisiera. En ese universo virtual encontró libertad, pero también algo más valioso: una comunidad que lo admiraba y lo quería. Se volvió conocido por su gran corazón, por escuchar a los demás, aconsejar y animar a quien estuviera pasando un mal momento. Cuando Mats se fue de este mundo en 2014, a los 25 años, sus padres escribieron una última entrada en su blog, a modo de despedida, sin imaginar que alguien la leería. Pero al poco tiempo comenzaron a llegar cientos de mensajes de todas partes del mundo. Jugadores que nunca lo habían visto en persona les escribieron para agradecerle por su amistad, por sus palabras y por la forma en que los había hecho sentir acompañados. Fue entonces cuando entendieron que su hijo, aunque no podía moverse en la vida real, había recorrido más caminos y tocado más vidas que muchos que sí podían hacerlo. En el juego, Mats fue libre, fue querido y dejó una huella que aún sigue viva en quienes compartieron con él aquel otro mundo.
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RIP : 🥹🥹As the world quiets and the stars begin their watch, drift into calm waters — with your sails full of dreams and a sky painted with moonlight. Tonight, may we all find peace in the rhythm of gentle waves and wake with the sunrise guiding us toward new horizons. 🌌✨ Goodnight, dreamers. ⚓💤 #goodnight #judgefrankcaprio #sleepwell #usa
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Hoja de guayaba 🙄😬😬
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Fue despreciada, ridiculizada, humillada. Su belleza se convirtió en una maldición. En 1878, entre el polvo y la tenue luz de los callejones de Abilene, Clara Duvall hizo lo impensable: abandonó el burdel que había marcado su nombre con vergüenza. Nacida en Misuri en 1856, había llegado al oeste buscando trabajo, pero solo encontró hombres que la usaban y luego la olvidaban. La ciudad conocía su rostro, pero no su historia. Nadie se preguntó cómo el hambre puede convertir la gracia en supervivencia. No fue el amor lo que la salvó. Fue la misericordia. Una noche, Nathan Cole, ranchero y viudo, entró en aquel salón no buscando placer, sino redención. Vio los ojos de Clara, cansados y valientes, y algo en su interior se negó a dejarla allí. Le ofreció su mano —no por lástima, sino por paz—, y se casaron bajo un techo desnudo, mientras incluso el sacerdote dudaba en pronunciar su nombre. Nathan lo dijo sin temblar, y su voz borró el juicio del mundo. Juntos dejaron atrás la ciudad que la había condenado. Construyeron una casa, un jardín, y una vida tranquila donde la compasión floreció en lugar del rencor. Cuando murió en 1892, Clara Cole ya no era la mujer de la burla. Era la que alimentaba a los huérfanos, remendaba la ropa de los pobres y ocupaba la primera fila de la iglesia, junto a su marido. La historia olvidó su rostro, pero no su lección. Porque no todos los héroes nacen del triunfo: algunos surgen del perdón. Y pocos logran levantarse del polvo de la vergüenza… para elegir la bondad. #fblifestyle
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### El milagro de Anna Bågenholm: 80 minutos muerta bajo el hielo **20 de mayo de 1999, cerca de Narvik, Noruega** – Anna Bågenholm, estudiante sueca de medicina de 29 años, esquiaba con amigos cuando rompió el hielo de un arroyo helado y cayó de cabeza al agua a casi 0 °C. El hielo se cerró sobre ella, atrapándola bajo la superficie. Sus amigos intentaron rescatarla, pero no pudieron. Anna luchó conscientemente, aferrándose a rocas y encontrando una pequeña bolsa de aire bajo el hielo. Respiró allí durante 40 minutos, mientras su cuerpo se congelaba: temblores, confusión y, finalmente, paro cardíaco. Pasaron otros 40 minutos sin pulso ni respiración, sumando 80 minutos sumergida. Cuando los rescatistas la extrajeron, estaba "muerta": sin signos vitales, piel azulada y temperatura corporal de 13,7 °C –la más baja registrada en un superviviente. La trasladaron en helicóptero al Hospital Universitario de Tromsø. Los médicos, guiados por el principio "No estás muerto hasta que estés caliente y muerto", usaron circulación extracorpórea para recalentarla lentamente: extrayendo, calentando y devolviendo su sangre. Tras 3 horas, a 30 °C, su corazón latió de nuevo, casi 9 horas después del accidente. Anna despertó días después sin daños cerebrales graves, solo secuelas de congelación en manos y pies que requirieron fisioterapia. Completó su carrera médica y hoy, con más de 50 años, trabaja como radióloga en el mismo hospital de Tromsø. **¿Por qué sobrevivió?** El frío extremo ralentizó su metabolismo, protegiendo su cerebro de la falta de oxígeno –a diferencia de un ahogamiento en agua caliente. Su juventud, la bolsa de aire inicial y el equipo especializado fueron clave. **Impacto:** Su caso revolucionó la medicina: prolongó protocolos de reanimación en hipotermia y popularizó el recalentamiento extracorpóreo. Anna vive plenamente, recordándonos que la perseverancia puede vencer lo imposible. Recuerden: estuvo muerta 80 minutos... y volvió.
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¡ALERTA! MUERTES EN CADENA EN HEMODIÁLISIS DE MAYARÍ Hoy FALLECIÓ OTRO PACIENTE. Solo quedan CUATRO. Si no actúan, PRONTO NO QUEDARÁ NINGUNO. La sala está en un SÓTANO INUNDADO CADA MAÑANA: agua estancada, PODREDUMBRE y CERO RECURSOS. Sin productos para limpiar, sin condiciones para salvar vidas. Máquinas ROTAS, olores INSOPORTABLES y un lugar que MATA a quienes van a buscar VIDA. Las autoridades SABEN TODO desde hace MESES. ¡NADA HAN HECHO! ¡La hemodiálisis en Mayarí es una CONDENA A MUERTE! Fuente Jose Luis Tan Estrada
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Este es John Eisenman. Perdió a su hija por trata sexual. Ella fue vendida por $1,000 en Seattle, Washington. Él hizo lo que cualquier padre debería hacer: investigó, rastreó y descubrió todo sobre su secuestro. La RESCATÓ ÉL MISMO. Descubrió que la persona que la vendió a la trata era su novio de 19 años. Se encontró con él, lo secuestró, lo golpeó con un objeto contundente y lo apuñaló hasta la muerte en noviembre de 2020. Las autoridades encontraron al [novio muerto] en octubre de 2021 dentro del maletero del coche que él abandonó. John Eisenman está en la cárcel sabiendo que su hija está a salvo y creciendo después de que él ya haya vivido 60 años de vida. Apuesto a que duerme tranquilo. Vive tu vida al máximo. Haz absolutamente todo lo posible para que tus hijos tengan la oportunidad de hacer lo mismo, sin importar el sacrificio. Yo le voy a enviar algo de dinero para el economato a John. Ojalá algún día pueda ver la libertad junto a su hija. Se merece una medalla 🏅 #fblifestyle
En 1917, el gobierno de Estados Unidos le pidió a una anciana de 84 años que devolviera su Medalla de Honor. Ella respondió sin escribir una sola palabra. Simplemente se la prendió al pecho y siguió usándola cada día hasta morir. Su nombre era Dra. Mary Edwards Walker, y fue la única mujer en la historia en recibir la Medalla de Honor. Nació en 1832, en una granja de Nueva York. Sus padres, abolicionistas y reformadores, creían que sus hijas debían tener las mismas oportunidades que los hijos. Su madre le enseñó que los corsés eran prisiones, y su padre le enseñó medicina. Desde entonces, Mary decidió que no vestiría cadenas, ni en el cuerpo ni en la mente. A los 21 años ingresó en la Facultad de Medicina de Syracuse, una hazaña insólita para una mujer en 1855. Se graduó entre burlas y rechazo, y cuando intentó ejercer, los pacientes se negaron a ser atendidos por ella. Fracasó su consulta, fracasó su matrimonio, pero nunca fracasó su voluntad. En 1861, comenzó la Guerra Civil. Mary se presentó como cirujana voluntaria del Ejército de la Unión. El ejército la rechazó: las mujeres solo podían ser enfermeras. Ella fue de todos modos. Atendió heridos sin sueldo, bajo fuego enemigo, con sus propios instrumentos. Curó, operó, salvó. Finalmente fue reconocida como cirujana —la primera mujer en lograrlo—. Fue capturada por los confederados mientras ayudaba a civiles en zona enemiga. La acusaron de espía y pasó cuatro meses en la prisión de Castle Thunder, en condiciones inhumanas. Cuando fue liberada en un intercambio de prisioneros, estaba débil, pero viva. Y regresó al frente. Por su valentía, el presidente Andrew Johnson le otorgó la Medalla de Honor en 1865. Mary la llevó siempre, incluso cuando se la quisieron quitar. Porque nunca la había recibido por complacer a nadie. Después de la guerra, se convirtió en escritora, oradora y activista. Luchó por el derecho al voto, por la igualdad de género, y por la libertad de vestirse sin miedo. Fue arrestada varias veces por “usar ropa de hombre”. Comparecía ante los jueces con sombrero de copa y su Medalla de Honor en la solapa. En 1917, una revisión del Congreso revocó 911 medallas, entre ellas la suya. “Solo para actos de combate”, dijeron. Mary se negó a devolverla. Siguió llevándola hasta su muerte, en 1919. Cincuenta y ocho años después, el presidente Jimmy Carter revisó su caso. En 1977, el gobierno devolvió oficialmente su Medalla de Honor. Ella ya no estaba allí para verla. Pero nunca la necesitó de vuelta. Porque Mary Edwards Walker nunca dejó de tenerla. La historia solo tardó medio siglo en entenderlo. Fue la única mujer en recibir la Medalla de Honor. Intentaron quitársela. Se negó. Y al final, tuvieron que admitir que tenía razón. A veces, adelantarse a tu tiempo significa morir antes de que el mundo te alcance. Pero cuando eso sucede… la medalla sigue ahí, brillando justo donde siempre supiste que debía estar. #fblifestyle
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Libertad para Miguel Díaz Bouza. No lo dejemos solo. #Cuba.
### Asesinato de David García en Sagua La Grande: Colaborador del régimen cae a golpes en central azucarero **Sagua La Grande, Villa Clara, 8 de noviembre de 2025** – David García, de 56 años, ex auxiliar policial y colaborador del régimen cubano, fue asesinado la noche del 1 de noviembre en el central Héctor Rodríguez, Sitiecito. Atraído por una falsa alerta de una oficial llamada "la Himagua", fue emboscado, golpeado con machete y objetos contundentes, dejando su rostro desfigurado. Su cuerpo fue hallado en su puesto como jefe de seguridad. García, de una familia humilde en Sitiecito, era odiado por décadas de delaciones y represión, incluyendo en las protestas del 11J. Alexander Rodríguez Cárdenas, exiliado en Alemania y víctima de sus abusos –"mi hermano de crianza, pero un chivato terrible"–, relató: "Me deseó pudrirme en prisión; hoy el pueblo lo ajustició". Una persona está detenida en Santa Clara, pero el régimen guarda silencio. Vecinos ven en el crimen una "escalada de violencia" contra represores, reflejando la fractura social en Cuba. El central, único en procesar caña en la zafra, simboliza la decadencia y el resquebrajamiento de la impunidad.
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Tula 🔥 ahora en Báguanos, Holguín🇨🇺
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A este lo cagaron 😒😒🙄, que cosa mas fea 🤧🤧🤧😅🤣
A veces, la medicina parece rozar lo imposible. El 4 de diciembre de 2013, en la ciudad de Changsha, China, un trabajador sufrió un accidente que le amputó completamente la mano. Los cirujanos lograron rescatarla, pero había un problema: los nervios y los tendones del brazo estaban tan dañados que no podían volver a unirla de inmediato. Si la mano quedaba sin irrigación, moriría. Entonces, el equipo médico del Hospital Xiangya tomó una decisión que parecía de ciencia ficción: conectaron la mano al tobillo del paciente. Allí, unida temporalmente a los vasos sanguíneos de la pierna, la mano pudo mantenerse con vida mientras el brazo se recuperaba. Durante un mes, aquella imagen desafió toda lógica: una mano “durmiendo” en un tobillo, esperando su regreso. Cuando finalmente llegó el momento, los cirujanos la reimplantaron en su lugar original. El paciente volvió a mover los dedos. Más allá del asombro, esta historia es una lección sobre el ingenio humano y la paciencia del cuerpo. Porque incluso lo que parece perdido puede ser salvado, si se le da el tiempo y el cuidado necesarios para volver a su sitio. #fblifestyle
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Sydney Sweeney en una reciente entrevista: Entrevistadora: "Con todo lo que esta pasando en el mundo. En este clima político, como mujer blanca, quiero darte la oportunidad de disculparte por decir que tienes buenos genes." Sydney: "No."
El extraño caso de Ramón Ayala. (Tienes que ver un poco de cine para entender)🤣🤣🤣🤣
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