🔥 El Comunismo: La Fábrica Perfecta de Mentiras Recicladas
El comunismo no es un sistema económico, ni una doctrina de igualdad.
Es una maquinaria de control absoluto donde el Estado reemplaza a Dios, a la familia, a la libertad y a la verdad.
Cada 20 años, como un reloj macabro, la fábrica vuelve a activarse:
Los viejos opresores son reciclados en héroes revolucionarios.
Las mentiras de antaño son revestidas de nuevos lemas patrióticos.
Las ruinas de sus fracasos económicos son presentadas como sacrificios heroicos por un futuro que nunca llega.
Los niños son moldeados como barro blando:
Se les enseña desde pequeños a odiar al que huye, al que despierta, al que piensa.
Se les programa para ver al emigrante como un traidor, nunca como una víctima.
Los que escapan son apátridas, los que denuncian son enemigos de la patria.
Pero la verdad es otra:
El comunismo necesita exiliar, encarcelar o fusilar a los que piensan porque su existencia misma desmiente la utopía.
El comunismo no crea riqueza. Solo reparte pobreza mientras una casta de élite vive como reyes.
El comunismo no da derechos. Otorga permisos temporales bajo amenaza de castigo.
El comunismo no libera. Encadena la mente, el cuerpo y el alma bajo vigilancia constante.
¿Por qué sigue existiendo?
Porque el comunismo ha perfeccionado su arma más poderosa:
> El reciclaje de la mentira.
Cada generación nueva es una hoja en blanco donde reescriben el mismo guion.
Los mismos discursos, los mismos enemigos imaginarios, el mismo chantaje emocional disfrazado de patriotismo.
El comunismo no fracasa por accidente: fracasa porque su único éxito real es perpetuar su propio control.
Y al final, sólo queda una constante:
> El comunismo siempre necesita más víctimas para justificar su existencia.
Y por eso nunca puede tolerar al hombre libre