Los venezolanos ya desataron el diálogo y se expresaron pacíficamente en las urnas el 28 de julio de 2024, enfrentando censura, amenazas y toda clase de trabas impuestas por el régimen de Nicolás Maduro. Millones votaron por un cambio, pero los criminales del PSUV nunca presentaron las actas que supuestamente los daban como ganadores, y aun así tomaron posesión el 10 de enero de 2025.
Hablar hoy de “convocar elecciones con garantías” es desconocer que el pueblo venezolano ya habló y fue traicionado una vez más por una dictadura que usted mismo no reconoce.
Y sí, a todo socialista le fascina hablar de “diálogo”, porque ese es su mecanismo favorito para ganar tiempo, confundir y aferrarse al poder.
Maduro y sus secuaces son expertos en esos falsos diálogos sin consenso, diseñados solo para prolongar su control y oxigenar una tiranía que el mundo entero ya vio desnuda.
Si el gobierno de EEUU reconoce que no es legal atacar a Venezuela, coinciden conmigo.
Ni los misiles ni una invasión extranjera son legales, ni bajo la ley de los EEUU, ni bajo los tratados internacionales.
Por eso el camino que propongo puede ser más real. Desatar el diálogo político en Venezuela y convocar elecciones con garantías reales para todos los contendientes. Bien haría Maduro y Corina en permitir está solución pacífica y soberana del pueblo venezolano.