La Universidad de la Laguna ha cancelado una charla de Vito Quiles, un activista de derechas. Hace unos días en mi Universidad, la de Granada, también hubo una concentración contra una charla de este hombre, según me informó mi alumnado.
Esas concentraciones suelen ser convocadas por alumnado antifascista de la Facultad de Ciencias Políticas. Ese día estuve explicando la paradoja de la intolerancia de Popper y su defensa de la libertad de expresión. Como tengo alumnado de ese Grado en Políticas (la mayoría de los cuales son de izquierdas), les pregunté su opinión acerca de vetar conferencias de personales de la derecha radical.
Me sorprendió que, en su mayoría, se oponen al veto y prefieren el debate, porque les parece divertido escuchar. Mi opinión es coincidente con la de mis estudiantes.
Me parece un error que la Universidad de la Laguna vete ponentes. Creo que es preferible refutar los discursos con argumentos. Vetarlos los hace más fuertes y alimenta la violencia.
Además, los movimientos “antifascistas” estudiantiles se han vuelto tan dogmáticos que persiguen hasta a las feministas. No se puede permitir que esta minoría marque la agenda de los campus.
Hay que volver a la universidad como el espacio de mayor espectro de ideas, donde se pueda hablar de cualquier cosa, incluso desde la radicalidad de todo tipo. La exposición al debate casi ilimitado hace más sólida la democracia. Yo leo y explico en clase a toda clase de intelectuales irreverentes, muchas veces con posiciones moralmente cuestionables. Platón o Aristóteles, por ejemplo, hicieron algunas afirmaciones políticas reprobables. Pero la exposición a ideas equivocadas también sirve para construir el camino de la verdad.
Solo veo correcto prohibir conferencias de sectas, captación para prostitución y similares. Dejo el comunicado de la Universidad de la Laguna para ilustrar este debate tan interesante.