El mito de que los judíos no son patriotas es uno de los más peligrosos y falsos que existen. En realidad, ocurre al revés: hay innumerables ejemplos de judíos profundamente patriotas, y colectivamente han generado mucha cultura y prosperidad en cada sociedad donde han vivido.
Por eso siempre digo, ellos, sin importar dónde vivan o nazcan, en México, Estados Unidos o cualquier otro país, nunca llegan a sentirse parte de esas tierras.
Solo muestran lealtad y amor hacia los suyos, hacia su propia etnia y hacía Israel, pero jamás hacia la nación que los vio nacer o los recibió.
Por ejemplo, mi padre, llegó de Italia a Venezuela con 20 años y se convirtió en un patriota venezolano. Antes, sus tíos emigraron a Estados Unidos y, aunque eran italianos de nacimiento, pelearon contra Italia en la Segunda Guerra Mundial porque ya se sentían estadounidenses.
Con ellos suele ser diferente: su lealtad siempre estará con Israel, con su etnia. Ellos casi nunca harían lo que los europeos y muchos hispanos hacen, mostrar lealtad por la tierra que los acogió por encima de su tribu.