Como sabéis, llevo mucho tiempo enferma.
Mi enfermedad apareció, o se manifestó, por primera vez en el 2020, coincidiendo con una campaña de acoso y derribo que, según se demostró ante el juez, duró cinco años.
Dos personas fueron condenadas, pero casi ningún medio se hizo eco del tema
Cinco años en los que se me acusó de plagio, de acosar a menores, de transfobia.
Cinco años en los que me agredian por la calle.
Al principio nadie quería creer esto último (lo de las agresiones) pero ahora creo que, con todos los vídeos que se van moviendo, entendéis que era verdad.
Se ha legitimado agredir a gente en la vía pública y se supone que es algo moralmente sano porque "hay que acabar con los fascistas". Hoy he leído a una loca ( desgraciadamente bastante famosa) escribir con orgullo que ella sí que justifica la violencia.
Y he visto cómo desde cuentas afines al PSOE justifican la violencia.
Cinco años en los que perdí todos los trabajos que me daban de comer, los trabajos alimenticios. Todas mis colaboraciones en prensa y televisión.
Sobreviví porque, gracias a Dios, o a la Providencia, o al Universo, o al Todo Cósmico, o a quien quiera en quien creáis , tengo tres carreras y hablo cuatro idiomas, y rápidamente encontré la forma de trabajar de otra manera y con nombres supuestos.
Mi condición (porque no es una enfermedad, ya que no se cura, se tiene para siempre) se llama inflamación T2.
Poco se sabe sobre ella excepto que se dispara con el estrés y se manifiesta en un montón de sub -enfermedades distintas: asma, endometriosis, esofagitis eosinofilica, dolores articulares que provienen de la inflamación de un músculo, etc ..
La Seguridad Social no cubre las pruebas y las tuve que pagar yo en privado, aunque el resto sí que es cierto que la llevó la Sanidad Pública.
También es cierto que fue la Seguridad Social la que extirpó los pólipos que iban apareciendo en los lugares más inesperados.
Las últimas dos semanas han sido un auténtico calvario de dolor.
De nuevo dolores articulares extrañísimos, idiopáticos (= sin. etiología específica, no se sabe muy bien de donde vienen).
Por no hablar de lo que nos pasa a todas las mujeres de cierta edad que sufrimos dolor crónico: enfrentarte a gente que no te cree, o a la que no le importa.
Creo que lo más fuerte que me sucedió fue estar contándole a alguien que no podía quedar aquella noche porque me moría de dolor y lo siguiente fue responderme con un vídeo del Tesla que se había comprado su hijo.
( Y hablo de un amigo de hace muchos años, del que hubiera esperado un poco más de empatía).
Llegado a este punto, y viendo que por twitter es común que la gente pida que recen por la salud de alguien, yo os voy a pedir que recéis por mi salud.
No me importa si eres católico ,o budista, o si crees en el universo como un todo cósmico.
Estoy absolutamente desesperada. Me da igual a quien reces.
Y hoy en particular hoy estoy llegando a cotas de dolor físico que no imaginaba hace tiempo.
Por supuesto tengo tramadol en casa, pero no me quiero convertir en una yonki.
Y cuelgo una foto de una de mis perros porque siempre que me encuentro verdaderamente mal ella se sube a la cama y se queda a
mi lado.
Se puede rezar por mí, en una noche como la de hoy, en la que se supone que se abre el velo entre los dos mundos, te lo voy a agradecer mucho