on the children who were in exile during the Uruguayan dictatorship - we must hope we never become what South America experienced, though it seems we are heading in that direction, with only Tuesday seeming to be a ray of hope against it
Les quiero contar una de las historias más hermosas del mundo, que sucedió en URUGUAY 🇺🇾
Es la historia del llamado VUELO DE LOS NIÑOS DEL EXILIO.
Y al final, les contaré por qué me toca de una manera particular...
Corría diciembre de 1983.
Iban ya 10 años de dictadura militar, desde 1973.
Miles de personas se habían exiliado del país, para proteger sus vidas.
Y cientos de niños habían nacido, de padres uruguayos, en el exterior; nunca habían conocido su patria, su mar, sus árboles, sus abuelos...
Entonces, en aquel mes, y con los militares ya muy debilitados, se organizó uno de los vuelos más emocionantes y felices de la historia.
Organizado por el Frente Amplio y la Comisión para el Reencuentro, un avión de la compañía Iberia llevó a Montevideo a 154 niños y adolescentes, hijos de exiliados, presos políticos o desaparecidos, que vivían en Europa y que así regresaron -o conocieron- a Uruguay.
Lo más hermoso es que, al aterrizar, los niños fueron recibidos por miles de personas, eufóricos, que coreaban cánticos a favor de la democracia. Desde el aeropuerto, una caravana de autobuses los trasladó lentamente, debido a la gran cantidad de gente en las calles, hasta la sede de la Asociación de Empleados Bancarios del Uruguay (AEBU), en la Ciudad Vieja.
Fue un momento inolvidable; reencuentros repletos de alegría, de tristeza, de emoción; repletos de Uruguay...
¿Y qué tengo que ver yo con esto?
Es algo muy chiquito, pero este 25 de noviembre presentaré mi show en la SALA CAMACUÁ, que se ubica justamente en la AEBU, ¡Allí donde llegaron los niños del exilio!
Cuando me contaron, me emocioné mucho: estaré allí donde sucedió uno de los hechos más luminosos de la historia de nuestro continente, con mi show, intentando provocar también sonrisas, anécdotas y encuentros.
Es un honor y una responsabilidad muy grande, ahora que conozco lo que pasó... ¡PERO QUÉ ORGULLO!
Nos vemos muy pronto, Uruguay: ¡Vamoarriba!