Lejos de casa 🏠🛖🏡
Desde hace décadas nuestra sociedad ha sido testigo de cómo personas de distintas regiones del mundo cruzan y atraviesan kilómetros en búsqueda de mejores lugares para vivir. Los vikingos, los pueblos del Oriente Medio, Cristóbal Colón explorando nuevas tierras: todos son ejemplos de cómo el ser humano, cuando no tiene los recursos necesarios, se ve obligado a migrar para sobrevivir.
@MiCulturaPma
Nuestro país, Panamá, desde sus inicios ha sido un lugar de tránsito. El panameño, en general, no ha tenido la necesidad histórica de emigrar en busca de recursos, porque desde el comienzo de la República se han ofrecido las condiciones básicas para vivir. Generación tras generación, desde la época en que la televisión era en blanco y negro y la presencia estadounidense formaba parte del diario vivir, era común observar en las noticias la migración de pueblos en otras regiones, especialmente Cuba. En cambio, lo que sucedía en Asia, Oriente o África nos era lejano.
@PrimeraDamaPma
En mi juventud era normal ver diversas nacionalidades en Panamá: estadounidenses, chinos, colombianos, dominicanos, algunos cubanos y, ocasionalmente, un venezolano. Pero con los años, especialmente hace unos diez, la llegada de ciudadanos venezolanos aumentó considerablemente. Panamá, con una población aproximada de 3 millones, no contaba con leyes migratorias preparadas para manejar ese flujo. En distintos entornos laborales y sociales comenzó un “choque” de perspectivas entre panameños y hermanos latinoamericanos. Migrar no es fácil: dejar tu tierra, tus raíces, y llegar a un país donde muchas veces ocupas trabajos mal remunerados o sin garantías laborales por falta de estatus legal.
@MeducaPma
Era cuestión de tiempo para que surgieran tensiones. Circularon videos, discursos y reacciones desde distintos países, algunos en defensa y otros en ofensa. Pero más allá de todo eso, lo cierto es que muchos solo buscaban sobrevivir.
@MIDESPma
No se malinterprete: tengo amistades venezolanas, colombianas, dominicanas, chinas. Destaco este caso porque marcó un momento social importante en Panamá. Hoy, convivimos en paz. Y muchos que antes criticaban, hoy entienden especialmente ahora que Estados Unidos y otros destinos han endurecido sus políticas migratorias lo difícil que es dejar tu hogar.
@migracionpanama
Es doloroso ver a madres y padres, con niños en brazos, viajando en buses, caminando sobre puentes o subidos en trenes, pidiendo apoyo o vendiendo lo que tienen para cubrir necesidades básicas.
@MinSegPma
Los gobernantes tienen la responsabilidad de crear condiciones dignas para que las familias puedan vivir en su propio país. Juzgar a quien busca una oportunidad sin conocer su historia es deshumanizante.
Como panameños, debemos reconocer que estas situaciones no nos son ajenas. Observemos lo que sucede en Colón, Chepo, Pacora y otras zonas donde la violencia está afectando familias enteras. Nadie está exento. Incluso uno de los hombres más poderosos del mundo, el presidente de Estados Unidos, fue víctima de un atentado.
Sembrar mensajes positivos en nuestros hogares y comunidades es fundamental. Nuestros niños están expuestos a múltiples influencias negativas en medios y entornos donde no siempre hay alternativas sanas.
En este mes de la patria, dejemos un mensaje de compromiso: trabajemos para que Panamá continúe siendo un hogar digno para nosotros y para las generaciones futuras, evitando que algún día nuestros propios hijos sientan la necesidad de emigrar porque su país no les ofrece lo que necesitan para vivir con dignidad.