¿Recuerdan cuando convencieron al mundo de que respirar tus propios desechos era “ciencia”? ¿Cuando te dijeron que te pusieras un bozal en la cara, en nombre de la “seguridad”? Este experimento muestra lo que nunca quisieron que vieras: En segundos, los niveles de CO₂ dentro de la máscara se disparan más allá de los límites seguros para los humanos, alcanzando zonas tóxicas que ningún cuerpo puede soportar. Hicieron que miles de millones obedecieran. Lo llamaron protección. Pero lo que realmente fue… fue un condicionamiento masivo — una prueba global de obediencia. Nunca les importa tu salud. Les importa el control.