**Por Alejandra de la Vega (
@abejorro)**
Cuando la presidenta nos lanza, desde los poderes del país, la pregunta:
**«¿Qué proponen?»**,
me pregunto si de verdad quiere escuchar alternativas…
o si solo busca justificar su propio silencio.
Porque hay algo profundamente ofensivo en su cuestionamiento:
quiere que nosotros, los que denunciamos los instrumentos del Estado en manos de gobiernos cómplices, seamos quienes propongamos soluciones…
mientras ella los utiliza para atacar a los críticos y evadir toda responsabilidad pública.
Claudia Sheinbaum preguntó —después del **asesinato de Carlos Manzo en Uruapan, Michoacán**,
presuntamente ejecutado por el crimen organizado tras haber suplicado ayuda durante meses al gobierno federal para atender la violencia que enfrentaba en el municipio que gobernaba—:
**«¿Qué proponen ustedes?»**
Yo le propongo, con ánimo de construir, empezar por lo obvio:
desarticular las redes de narcotráfico tejidas desde lo más hondo…
incluso desde su propio partido.
Le propongo mirar hacia adentro.
Comenzar por **Adán Augusto López**, secretario de Gobernación,
que entregó la seguridad de los tabasqueños a un grupo criminal.
Por **Ricardo Gallardo**, acusado por la Agencia de Inteligencia Mexicana de encargar al crimen organizado el asesinato de un periodista.
Por **Américo Villarreal** en Tamaulipas, cuya campaña estuvo marcada por testimonios sobre financiamiento irregular y protección de células criminales.
O por **Rubén Rocha Moya** en Sinaloa, donde los grupos de narcotráfico operan con una impunidad que no puede explicarse sin la complicidad política.
Le propongo que investigue quiénes son los funcionarios que permiten que estos criminales operen con impunidad en varias regiones del país…
antes que señalar a quienes simplemente exigen justicia.
Le propongo dejar de organizar una farsa cuando el país está harto.
Harto de creer en promesas vacías.
Harto de las más de **400,000 personas desaparecidas**.
Harto de que se siga evadiendo la responsabilidad.
Le propongo dejar de indignarse con quienes cuestionan…
porque contra quienes deben mostrar firmeza son contra los que **matan**, que **extorsionan**, que **se roban la paz**.
Le propongo dejar de hacer responsables a los ciudadanos…
porque a quienes vivimos esta realidad no nos importa cuándo comenzó todo esto,
sino **cuándo se va a acabar**.
Le propongo también **cambios estructurales en los cuerpos policiales**:
empecemos por **pagarles dignamente** y **evaluar mejor** a la policía municipal, que es con quien la ciudadanía lidia día a día ante el crimen.
Que haya una **purga profunda en la Guardia Nacional**,
con **mecanismos de control externo reales** y **auditorías patrimoniales obligatorias**.
Impulsar una **reforma de raíz en las fiscalías**:
separarlas de los intereses políticos locales,
profesionalizar sus cuadros
y crear **unidades especializadas en delitos de alto impacto** que no respondan a gobernadores ni a caprichos partidistas.
Un **programa de protección a mujeres y líderes locales en zonas de alto riesgo**…
que no dependa del control gubernamental,
sino de **instituciones verdaderamente independientes**.
Y, sobre todo, le propongo **reconocer** que en México hay territorios donde **el Estado ya no existe**…
y que su proyecto de nación no puede seguir ciegamente cediendo el control al crimen organizado,
como si esto fuera solo un problema de desarrollo.
Pero más allá de esas medidas técnicas, presidenta,
le propongo algo más simple… y más urgente:
**actuar con dignidad**.
Dignidad para **reconocer sus errores**,
sus **malas decisiones**,
y que **no está actuando a la altura de las circunstancias**.
Le propongo que deje de preguntarnos **«¿qué proponen?»**,
como si quienes no nos sumamos al mal gobierno estuviéramos obligados a justificar **su fracaso**.