En honor a la memoria de Carlos Manzo (Uruapan), Bernardo Bravo (Apatzingán) y Alejandro Torres Mora y su esposa (La Ruana) — PRESENTES —, así como de los cientos de mexicanos que día tras día pierden la vida o desaparecen en nuestra patria, hago este llamado urgente:
Nos duele ver un México donde la muerte se vuelve rutina.  No podemos seguir aceptando que el miedo sea parte de nuestra cotidianidad. No podemos seguir viviendo en un país donde los delincuentes deciden cuándo vives y cuándo no vives, mientras el Estado mira, a media luz, con promesas vacías.
Mi más sentido pésame a las familias de las víctimas. Pero debemos convertir este dolor en compromiso. Este México que queremos exige un YA BASTA colectivo — ya basta de ver los cuerpos, ya basta de que las fosas se sigan llenando, ya basta de la impunidad que perpetúa el horror.
Por eso propongo tres líneas de acción concretas que, sin dilación, debemos empujar todos los días:
1.Inyección urgente de recursos públicos reales hacia la seguridad. El dinero de los mexicanos debe ir donde están nuestras prioridades: fortalecer las policías municipales, estatales, las fiscalías estatales y federales así como el Poder Judicial. Basta de despilfarrar en proyectos faraónicos e inútiles mientras la ciudadanía vive en jaque.
2.Romper de una vez por todas el pacto de impunidad entre la política y el crimen organizado. No pueden seguir en la escena pública quienes han beneficiado o tolerado estructuras criminales. Mientras esos nombres queden impunes, las declaraciones no sirven de nada. El robo del huachicol —cerca de 500 mil millones de pesos— no es una cifra abstracta: es dinero que dejó de usarse para el fortalecimiento de la seguridad pero sí para el de los criminales.
3.Giro decidido a la política económica para generar oportunidades reales y empleos para los mexicanos y en especial los jóvenes. Una economía que crece por debajo del 1 % al año es una economía que condena al estancamiento y al miedo. Debemos crear empleos, abrir puertas al emprendimiento, y construir un entorno próspero y en paz.
Exijamos castigo ejemplar para los servidores públicos vinculados con el crimen organizado: estos traidores a la patria no deben seguir ocupando espacios de poder.
Hoy, nos ponemos de pie. Hoy, exigimos. Hoy, nos obligamos a construir un México donde la seguridad no sea el privilegio de unos pocos, sino el derecho de todos. La dignidad de los mexicanos así lo reclama. Y nosotros, los ciudadanos, no vamos a ceder.